Estarás de nuevo en tu isla, sumergido en tu cotidianeidad.
Y yo me quedé con una vasija llenecita de respuestas y hueca de preguntas.
De tanto saber quisiera ignorarlo todo. Más aún, desearía romper la alcancía de recuerdos y gastármelos todos en unos nuevos que formaré con otras personas. Igual no serán poetas pero me amarán de cerca.
Ay vientecillo del norte que te has ido como viniste. Y de todas esas vidas que estuvimos juntos ésta hubiera sido la más importante. Solamente nos unían los recuerdos de una sola noche estrellada que de tanto traerla del cántaro acabó derramando la miel sobre lo andado que, como dijera el poeta, no se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.