martes, 30 de enero de 2018

Actas del abuso y la corrupción: 
la pérdida de la inocencia

Es más común de lo que uno podría pensar. El abusador puede estar en el seno mismo de la familia. No tiene cara de diablo, no se le miran las torcidas ideas cuando le pasan frente a los ojos. A veces ni siquiera es un adulto. Como en el caso de esta acta que tiene guardada más de 50 años.

Cuando se piensa en un abusador, no se le relaciona con la corrupción que lleva dentro. Infantilmente, en México se relaciona a la corrupción con el tráfico de dinero, de influencias, de prevendas. Ahí está precisamente el ancho espacio en donde una persona corrupta del alma se hace invisible.

Así empieza entonces esta carta que me encontré.

"La inocencia es el bien más preciado. Tenía que haberme dado cuenta de que algo no estaba bien. Pero ella solamente me aventajaba por dos años, era mi par, mi compañera. Eso pensaba yo. Pero en realidad no lo era. Para encontrar un par, normalmente hay que salirse de casa, de las relaciones de sangre. Los verdaderos pares se encuentran en el transitado camino de la vida.

Jugábamos a las muñecas, a la comidita, las escondidas, a dar vueltas como rehiletes hasta caernos al piso, mareadas y felices. Nuestra mayor unión siempre empezaba a darse en las cercanías de diciembre, cuando todos los niños del mundo empiezan a portarse requetebién porque viene el Niño Dios, o el gordo de pijama roja, o los encantadores santos reyes.  Era la cuenta regresiva hacia la bondad, el mejor comportamiento. Recuerdo perfectamente esa Navidad porque tenía 8 años y permiso para usar mis primeras mallas caladas. ¿Quién podría ser más feliz? Sonaba el timbre y nos asomábamos a la ventana porque habría muchos invitados. Llegaron mis primas y primos y con los de nuestra edad, nos fuimos a jugar a una de las habitaciones. Dentro de los chicos, habíamos los chicos y los grandes. Lógicamente los grandes decidían el juego. Ese día aprendí lo que es tener asco de mi familia. Ese día corté toda relación con ellos. Con los grandes, incluída una de mis hermanas, que inició la ruptura de mi inocencia.

El juego consistía en tocarse entre sí, con la consabida consigna de que "te pegamos si dices algo". Antes de que llegara el turno de que me tocaran a mí, violentamente tomé de la mano a un primo más chico que yo y me salí de la habitación.  Asquerosos, malos... eso pensaba mientras caminaba hacia donde estaban nuestros padres.  Estaba a punto de regar toda la sopa por donde quiera, cuando ellos aparecieron detrás nuestro.  Uno de ellos, el grande, nos doblaba la estatura.  Nos invadió el miedo, más allá de que nos pegaran o algo así, que la siguiente vez nos fueran a forzar a hacer algo horrible.

Pasaron los años, ellos hicieron su comandita. Afortunadamente no nos volvimos a reunir a jugar nada de eso. Quizá ellos también sintieron miedo de qué pasaría si los acusáramos y sencillamente prescindieron de nosotros.

Fue así que en uno de los viajes que hacíamos en familia, cuando yo tenía 13 años y creía fervientemente en los reyes magos porque corrían tiempos en los que la inocencia duraba eternidades, cuando se dio la oportunidad -por primera vez en nuestras vidas- de que a mi hermana y a mí nos dieran un cuarto de hotel para nosotras solas.  Veníamos de un ambiente en el que nunca se podían cerrar los cuartos, ni con llave ni sin ella. Tener ese espacio era como tener una casa propia. Podíamos poner nuestra ropa como quisiéramos, dejarla en las sillas si así nos parecía... un paraíso.

Hacía muchísimo calor. Ella fue y cerró todas las ventanas. Me empezó a decir que me iba a enseñar como hacer algo que yo tenía que hacerle a ella. Se desnudó y me empezó a tocar. Dentro de mí, era una confusión total. Era mi hermana.... no podría hacerme nada malo. Por qué me hacía eso. Por qué me tocaba el clítoris. Ahora házmelo a mí. No quiero, le decía. Esto no me gusta. Qué tal si tienes un bebé.  Ese fue mi gran cuestionamiento. Corrí al baño a lavarme, quería orinar y sacarme una sensación de susto, coraje, desconfianza, asco, cariño, te pego, ya no te quiero, vete para siempre.

No podía dormir. Algo en mí estaba roto para siempre. Ojalá me hubiera gustado, porque por lo menos así una parte mía hubiera descansado, aunque fuera en el placer culpígeno. Pero no. En mí empezó a nacer una rabia tremenda. No podía detectar en dónde se alojaba. Yo que la consideraba hermosa y talentosa, la preferida de papá. Toda la familia rondaba alrededor de sus ojos expresivos. Yo me empecé a apagar y me refugié en la poesía. ¿Qué sería, además, masturbarse? Ese era el tema más socorrido en la escuela. Alguien me narró lo que era, y ahí caché lo que mi hermana había hecho conmigo. Ella sabía y yo no. Y eso se llama abuso.

Ese punto de inflexión en donde uno que iba caminando entre flores y mariposas, de pronto se convierte en el laberinto de la soledad.

He visto mi vifurcación. Me fui por el camino de la rabia reprimida, escondida, incomprensible. Y aunque me negué a seguir el camino de su perversidad, a la que una afamada psicóloga calificó como: "ay hombre, si sólo eran niñas, era normal",  aquí lo que no era normal y es imperdonable, es que cuando uno sabe y el otro no, cuando una de las dos personas está tomando ventaja de la otra, de su inocencia, HAY ABUSO.  Esa persona es corrupta.  Tiene roto por dentro lo más esencial del respeto a la vida y a la dignidad del otro.

Un día descurbí que el grupo de primos con los que se manoseaba ya no le era suficiente. Había comenzado a hacer ese mismo juego con el personal de servicio de la casa, poniéndonos a ambas en un inmenso peligro. Intentando aprovecharse de la situación de sujeción, de servilismo de esas personas, para obligarlas a participar en su juego o por lo menos a mirarla. Me hacía cómplice de sus perversiones y me amenazaba con que si decía algo, ella diría que había sido yo y no ella.  Ese influjo tienen los hermanos mayores sobre los menores en un ambiente en donde a los niños no se les respeta, no se les toma en cuenta como almas y por supuesto, nunca se les da la razón.

Perdonar o sanar
Años traté de perdonar, sin éxito. Por esta historia católica que corre en las venas de mi familia consanguínea, me sentía culpable de no perdonarla.  Mis pedazos estaban sin unir, sin pegamento de ninguna clase desde los 13 años hasta hoy. Más aún cuando alrededor de ella se construyó una especie de halo de perfección, de bondad, generosidad y atención desmesurada. Todos la creen tan buena, tan pura, tan sufrida, tan recta, tan pobrecita cuando le pasan cosas que son simplemente fruto de su enorme perversión escondida que la está consumiendo día con día. Quizá hubiese bastado con que me hubiera pedido perdón, no lo sé.  Pero ningún abusador tiene la gracia del perdón. Incluso si abusa porque fue abusado.  Sería muy fácil la vida si todo fuera así.  Me hicieron, te hago. Esto tiene que parar para siempre en todos los confines de la tierra.  Es muy fácil vivir como víctima dentro de la senda del abusador.  Al que sufrió el abuso solamente le queda sanar, y para sanar tiene que reconocer a quien abusó de él y señalarlo. Fue cierto, sí sucedió y NO TE LO MERECIAS.  Mi vida cambió por completo, incluso dejé que ella se convirtiera en mi juez. Toda una vida tratando de encajar porque algo en mí me resonaba: algo malo tienes que haber hecho para merecer que alguien abuse de ti. Te portaste mal, diste motivo. NO SEÑOR. No di motivo. Qué motivo puede dar una niña de 8 años, o una de 13 que todavía creía en los santos reyes.

A terapia
Para sanar, lo único que queda es la terapia. Por fin, a estas alturas de mi vida, puedo verla del tamaño que realmente es y, desde esta perspectiva, ni siquiera es grande.  No hay nada que me pueda quitar a menos que yo se lo entregue. Y eso no va a ser nunca más.  Nunca más tendrá el poder sobre mi paz y sobre mi inocencia.  Estoy encantada de haber podido regresar a ese momento, porque justo ahí retomo mi luz y los anhelos que se que estaban tejidos en mi corazón. Ahora puedo cumplir mis pendientes. Nunca más. Nunca más. Nunca más. Me es muy difícil comprender que una especialista prefirió tapar el sol con un dedo sin detenerse a mirar mi alma. Eso también es algo imperdonable.  Pude haber trabajado esto para tener emociones más saludables desde hace muchos años.  Por qué sale ahora? Porque la vida es generosa, y seguramente antes de desencarnar tendré la oportunidad de ir por los puntos sueltos de mi tejido de vida, y acabaré mi hermoso mandala en su exacta perfección."




lunes, 22 de agosto de 2016

De las cartas a Renato: Lo que la vida ha unido

En algunas ceremonias se dice que lo que Dios ha Unido, no lo separe el hombre. Un día aprendí que eso es demasiado cierto pero no porque lo diga un sacerdote, ni porque lo mande una iglesia, ni porque se diga en una ceremonia en donde casi nadie está desmenuzando precisamente eso que se está declarando.

Por propia experiencia sé que lo que se une muchas veces no tiene nada de santo y sí mucho de profano, porque se unen fortunas, escudos, blasones, caprichos, mentiras, ilusiones, vestidos, modas, conveniencias, miedos, soledades, convencionalismos sociales, pronósticos sobre las inclinaciones sexuales, confirmaciones de masculinidad, la seguridad de una institución llamada matrimonio, la paz de un embarazo en ciernes, en fin, para qué seguir. Y son tan pocas veces en las que lo que realmente se verifica es la unión sagrada de los iguales, de aquellos que se miraron a los ojos y de ahí no saldrán jamás sus miradas por más escaparates que la vida presente en el camino.

Estamos unidos de a deveras, sin ceremonia y sin iglesia. Sin invitados y sin banquete. Sucedió y el universo lo sabe. No nos unió un cuerpo, ni una necesidad, ni un miedo, ni un convecionalismo.

Nos unió lo que siempre nos tuvo unidos, un amor de eras.

viernes, 24 de junio de 2016

De las actas de mi planeta: La Guerra de los Dormidos

El Pasado abre la puerta
Paréceme que las puertas del pasado se abren y algunos ciegos se aventuran hacia ellas.
BRexit es una de esas puertas que -pintadas por los oscuros maestros de la ilusión- se ha abierto para dar continuidad al falso Armagedón.

Me pregunto con tristeza, y a la vez con paz, ¿en qué momento los dormidos volvieron a tomar el poder?  Y no, no lo han tomado porque, eso, están dormidos en las imágenes del pasado. Son títeres de intereses de una ilusión superior de poder. "Tenemos que controlar, tenemos que seguir reinando sobre algo... formar parte de una comunidad nos resta esplendor... nos obliga a la inclusión... nos mezcla con otras banderas... Quiero mi propio pasaporte! Quiero mi propia moneda! Quiero mi propio reino! Quiero que me rindan pelitesía!! Arrodíllense para entrar!!! Necesitamos saber quién entra y quién sale! Dime de dónde vienes y te diré quién eres!!!  Las relaciones con los demás países las dominaremos con el peso de nuestras Libras Esterlinas! En nuestra Isla está el Meridiano de Greenwich, acaso no se dan cuenta!!!! Los nuestros que están afuera son parte del precio que se paga por recontruir el imperio."

Zeus, Hera, Poseidón, Afrodita, Hermes, Hades, Atenea, Hefesto, Afrodita y cuántos más, fueron representados desde los primeros tiempos bajando a la tierra con sus poderes, asustando, dominando, haciendo mezclas y experimentos raciales, y volviendo al cielo mientras lanzaban rayos, o corrían como luces hacia las estrellas. Representantes quizá de mundos que peleaban por repartirse a sus creaciones, bellas como las vírgenes de los templos, o mounstrosas como el Minotauro y el Cíclope. Entregando a esos grupos de humanos en total estado de ingenuidad, la noción del poder de los unos sobre los otros. Incluso entregaron el manejo de la fenomenología al servicio del miedo y la sumisión a las figuras de los Dioses que les apadrinaban.

La guerra de los mundos tiene hoy las mismas características. Dioses y Semidioses encarcelados en su ilusión de poder, inoculan el miedo en millardos de humanos que son devotos del poder ecónomico y de lo que el dinero puede hacer en la reclasificación de quiénes merecen dominar al mundo. Mucho se les ha ido de las manos, porque esa misma herramienta despertó a los dragones de 7 cabezas representados por el Crímen Organizado Mundial que aprendieron muy bien cómo utilizar Dinero y Miedo para dominar el planeta con mayor eficiencia, sin bandera, y generando devotos geométricamente.  Horrorosas criaturas los unos y los otros, en otro plano se miran como reptiles enredados entre sí, destilando enormes babas al admirar su obra.

Mirando a sus robots en formas humanas de Presidentes,  Primeros Ministros, Comisionados Internacionales, Organizaciones de las Naciones Unidas, Fondos Monetarios Internacionales, Bancos Mundiales, ONGs que perpetúan la pobreza y el hambre y se consumen la buena fe de algunos somnolientos... de candidatos políticos como Trump, de muñecos de madera movidos por hilos visibles como Peña Nieto, Maduro y muchos más...  Qué rebatinga tan tremenda y aquí estamos mirando cómo lo hacen, y al mismo tiempo recibimos el suero adormecedor de conciencia que te dice "todo lo que estás comprendiendo, no es cierto... olvídalo" mediante estrategias de exacervación de los sentidos, aromas de ambición, la necesidad de una belleza artificial, la rendición a competir por lo que sea, la falacia de pretender ser  el mejor en todo, la mentira de la familia feliz en donde los hijos son de tu propiedad y su realización depende de cuántas instituciones de educación contratas para hacer de ellos el mejor de los mejores en la mente más no en el corazón...

BRexit es el portazo en las narices a la inclusión. Es la llave de la nueva supremacía, y quienes lo votaron no vivirán para ver su consecuencia inmediata. No lo quisieron las generaciones que ya nacieron en una era de mayor apertura. El medioevo quiere reinstaurarse. Las puertas del pasado se abrieron, los falsos portales están a la vista.



martes, 13 de octubre de 2015

De las actas de mi planeta: El placer de la crianza

Buenos días... quiero hablarles a las madres y padres que hoy tienen niños pequeños. No porque sepa más, sino porque ojalá siempre hubiera sido sensible a lo que hoy puedo ver.

Mi único deseo es decirles: hoy es el único tiempo en el que es posible crear una historia diferente con sus hijos.

Me siento afortunada de que mis hijas pudieron subsanar hasta hoy la mayoría de mis marcas, pero les ha tomado una vida hacerlo.

Sus hijitos son libros en blanco, pero ante todo, son almas. Mirarlos así, invoca respeto hacia ellos.

De todo se dan cuenta y en su experiencia todo se registra: Intenciones, silencios, gestos, aprobaciones, desaprobaciones, desesperaciones, impotencias, enojos viejos, rencores, agravios, euforias, anhelos, certezas, inseguridades, creencias, miedos, esperanzas, recelos... Todo comunica... y es parte de lo que incluso digo a mis clientes todos los días...

Esa absurda creencia de que los niños olvidan, es eso, una creencia, misma que es momento de enfrentar.

Imaginen por un momento que el rostro de sus hijos es una pequeña máscara blanca, purísima, resplandeciente. Que representa el espejo de todo aquello que nosotros sus padres y el mundo que les circunda, va a tener como lienzo para imprimir huellas imborrables; instantáneas que con el tiempo es posible que sufran superposiciones de otras imágenes. Pero que siempre estarán ahí.

Si decidiste o te sorprendió la oportunidad de ser padre o madre, hoy tienes una oportunidad inapreciable de hacer algo distinto de lo que fue hecho contigo. Si alguna vez estuviste en medio de luchas de poder entre la autoridad de tu casa, y recibiste rechazo, o fuiste usado o usada desde el egoísmo de tus padres, hoy puedes cambiar el patrón y romper con ese vicio que te ha llenado de tal enojo, que indefectiblemente te está llevando a hacer lo mismo con tus hijos.

Si como mujer te creíste el cuento de que ser madre es más bajo en la escala de éxito (que es una basura), que ser ejecutiva, emprendedora o tener 8 maestrías y doctorados, este es el momento de que salgas de esa trampa.

Si como hombre te creíste que los hijos son un alfiler de seguridad de las mujeres, que te atan a un sistema de esclavitud de manutención que te impide "vivir con libertad" (lo cual también es una basura), que te quitan tus momentos de descanso y las horas de fútbol o playstation que tanto mereces por ser un proveedor, este es el momento de que salgas de esa trampa.

Ambas son ilusiones que han sido creadas por generaciones de mentes esclavizadoras que le han restado a la experiencia de las personas la felicidad de la crianza.

Lo que digo es que ya estás en ello y las huellas que dejas en tus hijos crean un lenguaje que marcará tu vida futura y la de ellos.

Por favor contacta profundamente con los ojos de tu hijo cuando lo que está saliendo de ti es coraje, desesperación, desasosiego, frustración... atrévete a sumergirte en los abismos que se crean dentro de esa criatura cuando la persona que se supone que más lo debe querer, proteger, cuidar y amar, descarga en él todo lo que no puede manejar por sí mismo.

Si ya vienes marcada o marcado por las huellas que en tu bella máscara blanca dejaron los gritos, frustraciones, enojos y abandonos de quienes te criaron... si ya sufriste las decisiones de escuelas, amistades, relaciones y deberes seres que te impusieron, mira tu máscara hoy y detente antes de marcar la de tu hijo.

Cuando mires a tu hijo o hija no pienses en ti, PIENSA EN ELLOS. MUEVETE DE LUGAR!!!!!! Dibuja hermosos caminos en su alma que el día de mañana te permitan caminar en paralelo y gozar del amor de su crecimiento. No somos perfectos... nadie lo es.... Los niños son nuestros espejos. Lo que los niños ven, los niños hacen. No castigues en ellos lo que en ti está fuera del amor.

Cómo me incendia tu recuerdo


Ay, cómo me incendia.
El sol con su roja cabellera me recorre entera
hasta convertirme en una de sus llamaradas.
Latigazos de colores se derraman de mi piel gritándote:
Incéndiame de nuevo y para siempre,
imprime con tus labios tu sello en mi cuello;
atízame este fuego con tus besos
para que me consuma en un suspiro
y te lleve al cielo conmigo.
Atízame este fuego con tus dedos,
para que hasta las aves se apareen
en tiempo de invierno.

viernes, 17 de julio de 2015

De las actas de mi planeta: Libertad

En nombre de la Libertad que todo ser humano merece por derecho, QUE CAIGAN LOS MUROS DE LA ESCLAVITUD Y QUE LOS TIRANOS SEAN ABSORBIDOS POR SU PROPIA AMBICIÓN E IGNORANCIA; que todos los pueblos de la tierra griten LIBERTAD y QUE ÉSTA SEA!!!!

Del Camino al Corazón: Los Maestros

Le doy el reconocimiento de Maestra y Maestro a seres que con su congruencia de sentimiento y acción hacen la diferencia. A quienes en el discurso y en el silencio tocan lo inalcanzable y lo entregan con vocación y en amor incondicional para hacerlo digerible, para entregar el esbozo de un camino que el aprendiz puede ver para afianzar su anhelo y construir su propio camino. 


Honro a las Maestras y Maestros que entregan su corazón a la enseñanza de lo simple pero trascendente. A aquellos cuyo única misión es mostrar el Camino al Corazón en total poesía. Maestros que están infinitamente más allá de un sistema o de una nómina. 

A los profesores hoy les dedico un pensamiento: el conocimiento no es lo importante. La niñez que entra a sus salones de clases necesitas más amor que letras. A las Maestras y Maestros, mi agradecimiento en silencio. "Cuando estén afinadas las cuerdas de mi vida, cada vez que tu las toques Maestro mío, sonarán mucho Mejor. "

sábado, 13 de junio de 2015

De las actas de mi planeta: el verdadero cielo

Caminé y caminé hoy con mis tres perras hermosas. Respetan mi paso, me miran de repente. Yo voy meditando en movimiento, amando el aroma después de la lluvia, escuchando algunos pájaros que aún cantan aunque la noche ha caído. Voy repitiendo hacia adentro Yo Soy el Camino; Yo Soy la Resurrección y la Vida; Yo Soy la Puerta Abierta que Nadie Puede Cerrar. Podría caminar por horas. Las gordas están jadeando. Kaia de plano se echa en el pasto. Miro al cielo, y sigo caminando hacia arriba. Puedo irme lejos, tan lejos, que el sonido desaparece y sólo queda la ilusión de bóveda celeste.

lunes, 27 de abril de 2015

De las actas de mi planeta: La fusión de los tiempos


Tengo demasiados recuerdos de lugares en los que no he estado en esta vida; de tiempos inimaginables en donde el baho de la creación todavía tenía olor a nuevo. Tengo presente el color del mar profundo, de hielos casi violeta y de enormes burbujas de energía que al pasar el tiempo se volvieron cristal. Tengo sellos de aromas que desaparecieron un otoño en el que el fuego se plasmó en el color de las hojas de árboles poderosos que estos mis ojos no han visto jamás; recuerdo el sonido de mis pisadas en camas de hojas secas, donde sonido, color, aroma, tierra, rayos de sol de media tarde se enredaban en mis cabellos; siento el frío que producían paredes de piedra que emanaban moho, en pequeñas alfombras pestilentes a la vez caprichosas que desaparecieron en aquella sequía donde todo se hizo polvo; siento en mi mejilla las crines de dos caballos que jamás se conocieron y que fueron mi alma... uno era mi amigo, el otro mi hermano, y ambos me salvaron la vida reconociendo el camino a casa; y qué decir del vientre peludo de Dazhlen, labradora rojiza o dorada que me arropaba con su cuerpo en esas ruinas de Irlanda donde mi nombre estaba escrito, no, tallado en una piedra.  Lo estoy mirando todo como si estuviera viviendo cada instante en este momento; como cruzar de una habitación a otra, sin frontera, sin abismo, sin tiempo. Recuerdo la arena dorada de un mar turquesino, arrecifes de coral, madera crujiendo, mareo; mi amor a la nieve y esta extraña fascinación por lo cálido y el olor dulce de las frutas que nunca imaginé que existieran. Recuerdo cuando se me salieron las lágrimas al probar los frutos del nuevo mundo y la sensación de respeto por las personas, especialmente por su pulcritud y su perfume de cítrico y flor de azhar. Cómo las doncellas trenzaban su cabello con azhares y se lavaban siempre las manos antes de tocar el alimento. Tuve un piano que tenía la mitad de las octavas y que soñé poder encontrarlo en otra vida; que lo marqué con algo tan mío que no sé qué fue, con la certeza de que al encontrarlo de nuevo, confirmaría que la muerte no existe. Un escritorio en Flandes y un anillo que me causó tristeza; idiomas que me eran ajenos y que siguen haciendo ruido en mi cabeza hasta hoy. La soledad de una silla donde solamente se sientan los escogidos y la poesía que salvaba mis días de la desesperación. La música verdadera, los instrumentos de cuerda y los de viento... la primera flauta de cristal. Sólo yo tuve una, me la trajeron de la China. La delicia de los cubiertos, el dolor de la firma del condenado, y después, la indiferencia. No se puede tener tanto y ser feliz al mismo tiempo. El miedo a perderlo todo, la guerra y la santidad. Si ellos supieran que nadie quiere ser rey, no hay gloria en ello. Recuerdo vagamente un escape en un automóvil de los años 30. Una fila de personas en un día que no era gris, era pardo, casi café. Salir de una sensación de asfixia para entrar a otra. Calor seco, desnudez, desmayo y luego un ángel que me toma en sus brazos. De pronto se cuelan los años de encierro, odiando la religión y viviendo de ella; la ventana de la torre por la que encontré liberación volando como una ave, y otro vuelo desde un arrecife con el mar esperando abajo mientras me daba cuenta de que mi amado había regresado. Sólo las aves pueden regresar en pleno vuelo a la rama de la que partieron. Y apenas ahora entre todos esos recuerdos aparecen los brazos tendidos de quienes me han amado y que en tantas vidas de egoísmo, pensándome el centro de todo, no pude y tal vez no quise reconocerles. A veces como consejeros, otras como servidores, muchas como amigos, hermanos o mentores. Es precisamente en esta fusión de tiempos donde todo se convierte en una sola verdad. Si nadie me entiende, yo me entiendo, y por fin se a dónde voy y de dónde vengo. Que la muerte no existe y que la vida es una, y que este mundo no es cierto.