Toqué las puertas de muchas maneras. Desde la caricia sobre tu madera hasta el golpeteo desesperado del que sabe el mal augurio y quiere salvarte la vida. Humildemente reconozco que mi llamado no era el que atraería tu atención.
Transparencia y corrupción son diferencias que deben aprenderse vivencia tras vivencia, error tras error... hasta que quede claro qué es ser corrupto y
qué es ser impecable, transparente.
Co-romper... curioso, es romper en conjunto. Por lo tanto la cuestión es bastante simple. Se necesitan dos voluntades para torcer la verdad. Puede ser que se trate de un ingenuo y un abusivo; un macho y una sumisa; una hembra y un ingenuo; un tirano y un masoquista. En cualquiera de sus formas se trata simplemente de la negación a la vida.
No tomar postura es un acto de corrpución; permitir la holgazanería y fomentar la mediocridad es corrupción. Son actos corruptos en donde dos voluntades están negando la vida. Es corrupto porque la vida no le pertenece a nadie, es luminosa, nutridora y creadora; no destruye, no golpea, no minimiza, no limita, no juzga, no condena y siempre toma postura por la propia vida.
Es corrupto sentir algo y esconderlo; porque corrompe la naturaleza propia del sentimiento, de la vibración amorosa del corazón; el corrupto adaptarse, amoldarse, tomar la forma que la sociedad proporciona para caber en ella.
Es corrupto darle a Dios cara masculina, barba y bigote humanizándolo, masculinizandolo y quitándole su Divino Complemento, mismo que siempre está en la naturaleza, en todo lo creado, hasta en lo atómico... existe la dualidad día-noche, femenino-masculino, positivo-negativo, luz-oscuridad en todo lo que existe. Es corrupto cualquier sistema que niega esta misma dualidad en lo Divino. Es corrupto el credo que subordina lo femenino a lo masculino y que crea entidades superiores e inferiores de acuerdo a la naturaleza de su esencia.
Es corrupto predicar el amor y no amar incondicionalmente. Es corrupto sostener un blasón en lugar de dar paso al amor. Es corrupto negar el amor y enfermar el alma de desazón por miedo a romper con lo establecido. Es corrupto mirar a los seres humanos, hombres y mujeres, como carne, con apetito, como detonador fugaz de lo que no queremos resolver en nuestras relaciones.
Es corrupto sostener cabezas que con su holgazanería y abulia se burlan de quienes plasman la excelencia en lo que hacen, lo que respiran, lo que crean. Es corrupto permitir la injusticia y mucho más lo es justificarlo.
Es corrupto decir: entiéndeme, soy hombre. A quién le dan pan que llore.
Esta corrupción le duele incluso a las piedras. Es un falso portal.