martes, 22 de diciembre de 2009

De las oraciones y los ruegos: La Ambición

Lo ví y dije: esto no es mío. ¡No puede ser mío!
Y sin embargo lo era. Se llama Ambición.
Y se me develó un significado poco ortodoxo pero realmente esencial: "Visión Ambigua".
Encontré que vengo acarreando desde hace muchas vidas una sensación de que alguien me debe algo específicamente relacionado con las habencias, con los tesoros, con el caudal de prosperidad que -de hecho- nunca se ha interrumpido en esta vida.
Entonces, ¿de dónde esta sensación de que algo me ha sido arrebatado?
Y de ahí el nacimiento de la Ambición, de esta visión ambigua de realidad que es terrible, es un enorme portento de la oscuridad.
¡Qué manera de inocular quirúrgicamente la sensación de pérdida, de hambruna, de desasosiego, de injusticia...siempre faltando algo, siempre deseando lo que tienen los otros, el amor, el esposo, el dinero, el trabajo, el coche, el jardín, el viaje, el puesto, el vestido...!
Ambición, visión ambigua de la realidad, y por ambigua, falsa.
Ambición y Anhelo son dos cosas totalmente distintas.
La ambición vive en la mente mientras que el Anhelo vive en el corazón.
La Ambición quita la vida, le quita el color.
El Anhelo emite un pulso, permite la vida, la proyecta, la crea en armonía con lo Divino.
La Ambición se basa en la carencia mientras que
el Anhelo se basa en la certeza de que nada es imposible,
de que nada falta, de que todo está.
La Ambición necesita una iglesia, el Anhelo es dueño del cielo.
Este descubrimiento es terrible a la vez que grandioso.
Me libera, me abre los ojos, me permite soltar, lanzarme al vacío sabiendo,
desde lo profundo, que como creatura Divina, nada me falta.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

De las Reflexiones y los Ruegos: La corrupción en el trabajo











Hoy me llegó esto profundo, y le llamo por su nombre: Corrupción.




Es corrupto no poner el corazón en todo lo que haces.

Que alguien haga el mínimo esfuerzo me parece corrupto. La corrupción no está limitada a darle dinero a alguien para que las cosas salgan como uno caprichosamente quiere. Ese concepto de corrupción pertenece al viejo mundo y deja mucho espacio vacío en la concienca donde entran muchas otras formas de corrupción.



Corrupción es devengar un sueldo sin buscar la excelencia. Es corrupto contra la vida y contra el mundo. Porque hay mucha gente sin trabajo y con mucho mejor actitud que merecería esa oportunidad, y hay alguien ocupando ese puesto sin conciencia de lo que está haciéndose incluso a sí mismo. Y quien lo permite, quien deja que los mediocres se ensalcen, entra en esa red de corrupción como cómplice.



No quiero formar parte de esa red de corrupción y por eso lo reflexiono y lo digo. Tomo postura. Porque permitir que haya gente así a tu alrededor no te engrandece, no te ayuda, no te apoya, no permite que haya una guía. Hacer como que no ves la mediocridad te lleva a permitirla. Al permitirla parece que la avalas. Al avalarla puedes dejar pensar que eso es lo que quieres a tu alrededor. Y más aún, te convierte en lo que avalas.