martes, 22 de mayo de 2012





Cuando la ceguera no está en los ojos, no hay sentidos que se agudicen para generar una manera diferente de ver.


Cuando la ceguera no está en los ojos, no hay dulzura ni miel suficiente para correr el velo que nubla la visión del corazón.

Porque ni la mejor promesa, ni el mejor amor, pueden hacer lo que la voluntad interna tiene que hacer.

Luz serena y clara, reflejos de un nuevo Sol. No guardes, mira. No intuyas, toca.

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