En el centro de la Merkava gravitaba un enorme ser blanco, dorado, rosado, de enormes ojos transparentes. En el centro de su flujo de luz vibraba incandescente un sol blanco que mantenía el giro de la Merkava a manera de un óvalo, que al girar no solamente producía la hermosa forma lumínica de apariencia metálica, sino también un sonido profundo de disco giratorio, de
Cada una de las entidades empieza a experimentar la cercanía amenazante de la gravedad de este enorme planeta azul y verde que presenta unas formaciones irregulares que sobresalen apenas de entre el azul. Al acercarse la merkava a la atmósfera, su color se hace aún más luminoso, haciendo que sus giros levanten un extremo del gran óvalo para reducir la fricción. Todos están girando sobre sí mismos en un silencio absoluto en donde el creador de mundos, el hacedor de vida, el fertilizador es la única inteligencia actuando.
La temperatura está cambiando, de pronto todo se ha hecho tibio. La gran merkava, el sagrado mandala de otro mundo se ha suspendido en el aire sobre un enorme pico blanco, purísimo, casi tan parecido al cristalino amor del mundo del que proceden. Hay un murmullo afuera, corre entre los enormes picos, lo cubre todo en una caricia in
Uno de ellos despierta sus memorias y de inmediato adopta una figura sólida, corpórea. Sabe lo que tiene que hacer, sabe moverse adentro de ese contenedor. Sus ojos son oscuros y tiene una materia sobre la corona que baila al ritmo del murmullo que habita entre los picos blancos. Se escucha un sonido extraño que proviene del interior de este cuerpo sólido. El murmullo se le ha ido hacia adentro y lo está incendiando. De pronto todo sale convertido en un sonido terrible que se esparce y multiplica por toda la blancura. Soy Rami-Rá. Y desciende desde el aire suavemente hasta la blancura, y es tan solo un pequeño punto que se mueve y luego se pierde.
La merkava vuelve a elevarse y todas las demás entidades quedan suspendidas por debajo de ella, como pequeñas esferas de diferentes colores que giran y orbitan sobre su propio eje.
Sonidos ajenos por completo a la vibración del nuevo planeta se están produciendo en la Merkava. En una especie de explosión silenciosa surgen de ella unos rayos blancos, y del centro superior surge un inmenso rayo blanco que se proyecta hacia el infinito.
Las entidades-esferas de colores giran, cambian de forma, se vaporizan, se comprimen, se materializan, aparecen y desaparecen y de pronto solamente son rayos de luz. Rayos Amarillo, Blanco, Rosa, Verde y Azul. Chispas que de pronto estallan y se dispersan formando elipses alrededor de este nuevo planeta... y sus estelas de color no desaparecen, permanecen en el espacio hasta formar alrededor de este planeta una cúpula de fino tejido de energía para incubar la semilla que bajó a la blancura, para proteger la creación que se abrirá paso bajo su vibración para formar el útero de lo que en el Universo se conocerá como Humanidad, que no será otra cosa más que el producto de la siembra cósmica más anhelada por el corazón de los creadores del Universo.