Viene la poesía a visitarme por ráfagas cuando la luna sale toda desvergonzada, sin una sola nube que le esconda su maravillosa desnudez, blanca como mi piel. Quiero causar en ti los mismos suspiros que ella te causa... o quizá más. Porque sé que te gusta cuando anda con su falda de olanes, de ese encaje vaporoso que solamente el agua condensada en nube le sabe bordar.
Te recuerdo con toda esa seda que es tu piel, tibia y tersa, y que siempre huele tan bien, sea donde sea, sobre todo donde más sea, que es donde cierras los ojos y miras al cielo desde dentro de los párpados, dejando escapar uno que otro sonido que hace estallar al silencio de mis besos en ti...
Te hubiera encantado anoche, ante el aroma de mis gardenias, mirar esa luna profunda y provechosa, toda lucidora... y cuando una que otra delgadísima nube osaba rondar su orilla, la transformaba en colores tornasoles... las tornaba sol y arcoiris para que se fueran contentas de haber pasado cerca de ella.
Te dedico estas horas por tus maravillas, porque me disparas al infinito, porque tienes la llave de la puerta dimensional que se me abre a la creación
Te recuerdo con toda esa seda que es tu piel, tibia y tersa, y que siempre huele tan bien, sea donde sea, sobre todo donde más sea, que es donde cierras los ojos y miras al cielo desde dentro de los párpados, dejando escapar uno que otro sonido que hace estallar al silencio de mis besos en ti...
Te hubiera encantado anoche, ante el aroma de mis gardenias, mirar esa luna profunda y provechosa, toda lucidora... y cuando una que otra delgadísima nube osaba rondar su orilla, la transformaba en colores tornasoles... las tornaba sol y arcoiris para que se fueran contentas de haber pasado cerca de ella.
Te dedico estas horas por tus maravillas, porque me disparas al infinito, porque tienes la llave de la puerta dimensional que se me abre a la creación
Un beso
(desde cualquier lado de la luna)
(desde cualquier lado de la luna)
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