
Si vieras la luna como yo la estoy viendo en este momento...
Si vieras cómo lo ilumina todo en un cielo abierto que no sé no de dónde despliega unos rayos que no auguran ni agua ni nube, en el calor de esta noche de Octubre donde no hay viento siquiera, pero tampoco hay ruido. La ciudad está sumida en un mágico y extraño silencio, tal y como cuando se acercan las invisibles pero gigantescas naves de mi planeta. Nunca te había hablado de él, de mi planeta, y quizà ahora es tiempo de que sepas. Hoy, pero no ahora.
Hoy no hay ni sirenas, no hay autos que con sus motores razguen la pureza de este momento.
Escucho la respiración de mi hija, de mi pequeña que todavía conserva en su rostro los razgos de inocencia de cuando nació. La miro. Pudiera contemplarla por horas. Ruego al cielo para que haya misericordia en su plan divino para que quiera aprender por la vía del amor y no por la del dolor. Imploro por la transparencia de su ser, y por la de todos los hijos e hijas del mundo, para que se definan hacia el amor y hacia la luz, y que nunca más la represión aprisione sus almas. Que no haya en este planeta niños marcados por la cárcel de juicio social y de creencias, por el juicio racial ni el de las clases que separan la creación de Dios, y para que nadie abuse de su inocencia.
Un beso
No hay comentarios:
Publicar un comentario