La madrugada es una trenza de cabellos negros,
es hombre, es mujer y es desvelo.
Es el hueco por donde pasa solitario un pensamiento
entre las rendijas del tiempo, volando bajito para no ser descubierto,
para verte dormido y sensible al simple rozón de un beso.
La madrugada es un gemido que escapó del pecho,
es humedad, locura y silencio.
Es un pedacito de cielo donde se puede soñar despierto
que toca lo intocable, suavecito y lento para que parezca un sueño,
para verte despierto y sensible al simple rozón de un beso.
La madrugada es el mundo, que está durmiendo.
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